* La mejor dieta para el verano

Las altas temperaturas a que nos exponemos en estos días, nos obligan no sólo a buscar un espacio en las refrescantes aguas de nuestros ríos, sino a adoptar patrones diferentes en lo comemos y bebemos.

Verduras y pescado
Las ensaladas constituyen  un aliado fundamental en estas fechas. Frescas y deliciosas, son el mejor modo de alimentarse y refrescarse durante una intensa jornada estival. De lechuga, pepino, tomate, col, remolacha, zanahoria, berros,... las posibilidades que ofrecen las verduras y hortalizas para elaborar ensaladas son ilimitadas.
Si queremos que nuestra piel esté bronceada e hidratada, podemos recurrir a los betacarotenos que contiene la zanahoria (y, en general, todas las verduras y hortalizas que tienen color rojo, amarillo, naranja o verde muy oscuro). Si a estos combinados les añadimos proteínas en forma de pollo, queso, huevo o atún, tendremos un alimento completo.
El sol intenso obliga a tener un organismo bien hidratado que sea capaz de soportar las altas temperaturas. Para ello, no sólo debemos tener una dieta rica en productos frescos, sino que hay que ingerir líquidos constantemente.
Dos litros de agua es una cantidad ideal para poder soportar los estragos del calor, aunque siempre existen otras bebidas más atractivas con las que complementar ese consumo. Por ejemplo, los jugos, que poseen gran cantidad de vitaminas y minerales, no son calóricos y están deliciosos. Por su parte, el té frío con limón también contribuyen a una buena hidratación del cuerpo, sin tener que preocuparse por las calorías.
Las frutas
El mejor postre y refresco del verano es la fruta. Con alto poder saciante y muy rica en agua, fibra, minerales y vitaminas, se trata de una buena ayuda en los regímenes hipocalóricos, pero también para hidratarse durante los meses de verano.
Las frutas típicas del estío suelen ser las mejores para refrescarse. Por ejemplo, la sandía y el melón llenan mucho, pero sólo tienen alrededor de 30 kilocalorías por 100 gramos. Además, su alto contenido en nutrientes y sus propiedades diuréticas son su mejor aval. Las ciruelas, melocotones, y cerezas son otras de las frutas excelentes para el calor, sobre todo por su aporte de vitaminas, carotenos, fibra y agua.
Una buena macedonia de frutas es la mejor opción para desayunar o terminar una comida ligera: podemos combinar pedazos de sandía y melón con fresas, kiwi, melocotón, albaricoques y manzana, todo ello regado con zumo de naranja. Las frutas de verano más calóricas son las cerezas y las ciruelas, que rondan las 70 calorías por 100 gramos. Sin embargo, consumidas con moderación no se puede decir 'que engorden' y son una excelente fuente de potasio y fibra.
Algunas sugerencias
Para aquellos que puedan disfrutar de la gastronomía en toda su variedad, les sugerimos disfrutar de deliciosos platos fríos, refrescantes y nutritivos, para saborear el verano tal y como se merece. Las ensaladas de patata y ensaladillas rusas son uno de los platos preferidos para esta época, aunque tendremos que tener cuidado con la mayonesa. Su valor energético es bastante alto y puede ser fuente de intoxicaciones si no se conserva bien.