El CURCE: así no fue que hablamos


                Admito que siempre he sentido cierta suerte de desprecio por los seres que hacen daño a los demás: asesinos, explotadores, estafadores, demagogos, violadores, proxenetas, ladrones de los bienes del pueblo, etc. Pero no puedo negar que igual náusea me producen aquellos que al asumir posiciones de liderazgo, defensa y protección del pueblo, luego matan con sus actos las esperanzas y sueños de ese pueblo. Son igualmente asesinos…y sabrá Dios.
                Durante el Primer Congreso de Desarrollo de Monseñor Nouel, celebrado en 1995 para determinar en qué se usarían los recursos del decreto 152-94, que pasaba a la provincia Monseñor Nouel las acciones de CORDE en la Falconbridge, salió como prioridad uno uno de casi 400 organizaciones y 133 comunidades: la instalación en Bonao de una extensión de la UASD. Allí estuvieron reunidos pobres y ricos, revolucionarios y reaccionarios, letrados y analfabetas, académicos y estudiantes. Todo un arcoíris de voluntades unificadas.
                De donde se desprende que el CURCE no es patrimonio de los grupos que hoy, en su interior, se lo quieren dividir en pedazos, sino el fruto de la voluntad de un pueblo que tuvo la visión e inteligencia suficiente para apartar otras necesidades y optar por una educación de calidad para sus hijos.
                Y esa educación la querían en un desprendimiento auténtico de la universidad más Vieja del Nuevo Mundo; la que tiene como misión “efectuar investigaciones tendentes a mejorar las condiciones de la sociedad dominicana, de desentrañar las causas fundamentales del subdesarrollo y la dependencia y los problemas que como consecuencia de ello afecten a la misma, y sugerir soluciones, así como aumentar el acervo de conocimiento de la humanidad”.
                Es decir que el CURCE está llamado a ser un centro del pensamiento social avanzado, orientado a la lucha contra las injusticias, el tráfico de influencia, el nepotismo, la negación de la podredumbre que hoy caracteriza y parece disolver a la sociedad dominicana.
                Pero lo que está observando la población es todo lo contrario: violación al reglamento interno (que es su Constitución); lucha sin cuartel por emplear a sus amigos y familiares; profesores que promueven a alumnas por favores sexuales; acusaciones para descalificar candidatos; alumnos que son promovidos por DDD (Discado Directo a Distancia); impedimento del libre tránsito de los ciudadanos por la principal vía del país; irrespeto y peleas entre compañeros, etc. Es una réplica pequeña del país.
                Creo que hay que confrontar. Sí. Pero confrontar los déficits y las deficiencias que tiene ese centro de estudios; confrontar la mala calidad del producto que está saliendo de allí; confrontar el “mercado de pulgas” en que se ha convertido; confrontar, además, a los que desde fuera están apostando al cierre de una de las mayores conquistas del pueblo de Bonao: el CURCE.
No debemos seguir reproduciendo los vicios de este sistema decadente; neguémoslos, que es la única manera de superarlo.