Elegía por Haití Por: Julián Morillo



Busco entre las grietas
angustiantes de tus calles,
en el desgarrador grito
del niño que implora madre,
en el borbotón de sangre
en el que huyó la vida
y la rojinegra desolación
que se arrojó sobre ti.

Busco el exacto punto
en que calló tu risa
y un temblor de voces marinas
trajo sinfonías de dolor,
y un olor como del miedo
quebró tu cuerpo de niño
y un aire pesado y frío
desgajó tus alegrías.


De dónde vino el siniestro
aguijón que te ha mordido?
de dónde el sombrío viento
que te robó la esperanza?
De dónde partió la barca
en que viajó la muerte
para traerte el sórdido
sabor de tus designios?

Hazme saber dónde andaban
en esta marcada hora
Lemba y Toussaint Louverture
Y tus loases redentores,
y tus dioses y los santos
que por ti bebieron siempre
la cicuta que el Imperio
reservó para tu muerte.

Aquí estamos, pueblo hermano,
 limpiando tu sangre y tu fe
 y nuestro manto de amor
secando tu pena y tu llanto,
y este inmenso, cálido brazo
ha de sostener tu cuerpo
que henchido de secular gloria
se levantará una y otra, y otra vez.