El 17 de marzo del año 1975, en los alrededores de la UASD, asesinaron el cuerpo del periodista Orlando Martínez, pero esas mismas balas sirvieron de alimento a su voz inextinguible para elevarla a los más recónditos rincones de la tierra, y que el mundo se enterara del régimen draconiano y represivo que mal gobernaba al pueblo dominicano, su pueblo.
“Orlando Martínez fue asesinado por la intolerancia de militares y personas allegadas al gobierno del presidente Joaquín Balaguer ante las denuncias y escritos del entonces director de la Revista Ahora y columnista del periódico El Nacional, donde criticaba los asesinatos y persecuciones de ese régimen, la corrupción de los funcionarios y la licencia de que disfrutaban las multinacionales para hacer lo que le daba la gana en el país.”
Mariano Durán Cabrera, Rafael Alfredo Lluberes Ricart y Joaquín Antonio Pou de Castro fueron los autores materiales, los carne de cañón de ese régimen sanguinario que no debe repetirse.
El mejor homenaje póstumo que se le puede hacer a Orlando al cumplirse hoy 35 años de su partida, es hacer un periodismo más decente, más comprometido con el pueblo, menos amordazado por el dinero de los políticos que convierten en marionetas de sus pretensiones a muchos comunicadores, que olvidan que los pueblos siempre cobran a sus verdugos.
